No entiendo a la gente que tiene perro


…pero los admiro un montón.

Y amo los animales, verdaderamente, me encantan las mascotas y todo tipo de bichito (pronto vendrán más reflexiones sobre el reino animal y mi opinión sobre algunos vínculos con la raza humana).

Tengo un gato, Kia Ora; se baña solo, se pasea, racionaliza su alimento y tiene conductas higiénicas que facilitan la coexistencia de su especie y mi rutina diaria. Pero nunca podría tener perro.

Los días de lluvia, las madrugadas solitarias, las tardes de parque, los primeros fríos del otoño, las primeras horas de la mañana, losstressantes noviembres sin tiempo y los calurosos eneros de querer estar todo el día en el agua… ellos (los que tienen perro) están en la vereda paseando sus animales… 
Ellos son abuelitas de incalculable edad y cuerpo enclenque, ejecutivos de saco y corbata, criaturas con uniforme de escuela, señoras con cochecitos, hombres grandeschicas de tacos altos, ellos son muchísimos y muy variados. Ellos sacan a su perro varias veces al día, en un incalculable acto de amor.


Capítulo aparte merecen los momentos del paseo donde se cumple lo que en mi ciudad, Rosario, queda regido por la Ordenanza Municipal Nº 7445/2002 que en su cuarto capítulo establece las obligaciones de los propietarios, detallando el artículo 15 a continuación;

Art. 15º.- El dueño de un animal doméstico o el que lo tenga a su cuidado está en la obligación de retirar y recoger de las calles, avenidas, parques y otros lugares públicos las deposiciones o materias similares que en ellos depositen los animales. Para lo cual deberán disponer de una escobilla y bolsa de residuos o cualquier otro elemento apto para la recolección

Y allá van, con la elegancia que les resulta posible, a enarbolar la bolsita y juntar lo que haya dejado su amigo peludo en la vía pública. De verdad, ameritan que los aplaudamos de pie.

Me maravilla la Gente (si, con mayúscula) que por momentos saca a pasear el perro y por momentos sale a pasear con él (no menor diferencia!) gente que los lleva sueltos ostentando empatía, o con correas de las distintas formas que hoy ofrece el mercado y hasta a upa, por si el camino de regreso ya es mucho esfuerzo para su amiguito. Con ropa, con piloto, con zapatos. A seguir un camino, a jugar con otros perros, a pasear o a hacer actividades compartidas.

Los veo por la calle y me fluye un río de admiración por todas las personas que tienen perro. Los admiro, es eso. Tener perro es un increíble acto de generosidad para con la otra especie y yo, me saco en sombrero ante ellos. Chapeaux!

La gente que tiene perro, es grosa.



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